EL OPIO, OPIÁCEOS Y DERIVADOS

El término opio deriva del griego opion, que significa ‘jugo’, debido a la especie de látex que exuda la planta que lo produce al cortarla. Otros nombres del opio son o-fu-jung (‘veneno negro’ en chino), ahiphema en hindi o schemeteriak en persa. En inglés también se conocía con el acrónimo GOM (God’s Own Medicine: ‘la propia medicina de Dios’). Opiáceos u opioides son términos aplicados de manera genérica a sustancias que tienen propiedades análogas al opio o a la morfina; o si queremos, con más propiedad, debido a los descubrimientos producidos desde 1.973, son todas las sustancias que se unen específicamente a alguna de las variedades de receptores opiáceos de nuestro cerebro. El opio es una droga analgésica narcótica que se extrae de una planta conocida como Papaver Somníferum (adormidera).


RESEÑA HISTÓRICA DEL OPIO

Los sumerios
Según algunas teorías fueron los sumerios el primer pueblo que en su lugar de origen, el Turquestán Oriental, cultivaban la Papaver Somniferum. En su emigración, este pueblo traslada el conocimiento del cultivo a sus asentamientos en los valles del Éufrates y el Tigris, el sur del actual Irak, desapareciendo los rastros de su ubicación primigenia. Entre los restos arqueológicos de la antigua ciudad de Ur, en Mesopotamia, es donde se descubren unas tablillas de arcilla que datan del comienzo del IV milenio a.C., donde aparecen las palabras “Gil” y “Hull”, que significan “adormidera” y “que altera”, respectivamente.

Egipto 
Desde Mesopotamia el cultivo de la adormidera pasa a Egipto. Aparece en el papiro de Ebers (libro hermético de los medicamentos), que data del 1.500 a.C., en el que describe su empleo como analgésico y somnífero para tratamiento de diversas enfermedades. De los egipcios su uso se extendió a los asirios. Muchos jeroglíficos mencionan el jugo que se extraía de la planta (el opio), aplicándolo tanto en pomadas como por vía oral y rectal. Uno de sus empleos reconocidos, según este papiro es "evitar que los bebés griten fuerte". El opio de Tebas aparece mencionado Homero en La Odisea, refiriéndose a él como algo que "hace olvidar cualquier pena...". Los mercaderes árabes introdujeron la sustancia en Oriente, donde se utilizó principalmente para el control de la disentería.

Grecia
En tiempos del poeta épico Hesíodo (s. VII a.C.), la ciudad que luego se llamaría Sición se llamaba Mekone (adormidera). Esta planta fue siempre símbolo de Deméter, diosa de la fecundidad. Las mujeres casadas sin hijos portaban broches y alfileres con la forma de su fruto, y los enamorados restregaban pétalos secos para averiguar por los chasquidos el futuro de su relación. Los griegos la cultivaban y utilizaban con fines lúdicos y medicinales: como analgésico, en forma de infusiones o con el opio en bruto para el dolor de muelas, como antidiarreico, fiebres y para hacer dormir a los niños (al igual que los egipcios).
El historiador Heródoto hace la primera mención explícita del uso medicinal de esta droga. En los primeros templos de Esculapio (instituciones parecidas a los hospitales actuales), nada más llegar, los pacientes eran sometidos a una incubatio o "ensueño sanador". Hipócrates es el que le da su nombre actual a la droga, que traduce opós mekonos: ‘jugo de adormidera’. Él lo recomienda como tratamiento para la histeria, que considera como una "sofocación uterina". Heráclides de Tarento, médico de Filipo (padre de Alejandro Magno) contribuyó a fomentar su difusión, preconizándolo para "calmar cualquier dolor". Los médicos griegos se volvieron expertos en crear antídotos para el envenenamiento, que —tomados cotidianamente— inmunizaban al usuario. Estas zeriaka o triacas contenían venenos (como la cicuta y el acónito), pero en pequeñas dosis. Con el tiempo llegaron a existir más de mil recetas de triacas, y todas contenían distintas cantidades de opio.

Roma
Cuando Galeno confeccionó su Antídoto Magno, en el siglo II d.C., la proporción de jugo de adormidera en las triacas había crecido hasta ser un 40% del total. Siguiendo sus recomendaciones, el emperador Marco Aurelio abría las mañanas con una porción de opio "grande como un haba de Egipto y desleída en vino tibio". Prácticamente todos los emperadores romanos usaban a diario triacas. Nerva, Trajano, Adriano, Septimio Severo y Caracalla emplearon opio puro en terapia agónica y como eutanásico. El mismo tipo de suicidio utilizaban incontables ciudadanos romanos, patricios y plebeyos, pues eso se consideraba una prueba de grandeza moral. Plinio el Viejo dice: «de los bienes que la naturaleza concedió al hombre ninguno hay mejor que una muerte a tiempo, y lo óptimo es que cada cual pueda dársela a sí mismo». La figura de la adormidera está presente en la acuñación de alguna moneda romana.
Durante el Imperio, el opio, como la harina, fue un bien de precio controlado con el cual no se permitía especular. En el año 301 d.C., un edicto de Diocleciano sobre precios fijaba el del modius castrense (una vasija con capacidad de 17,5 litros) en 150 denarios (unos 10 denarios por kilo). El kilo de hachís (un bien de precio libre), costaba entonces 80 denarios el kilo. Poco después, en el año 312 d.C., un censo revela que hay 793 tiendas dedicadas a vender el producto en la ciudad de Roma, y que su volumen de negocio representa el 15% de toda la recaudación fiscal. Sin embargo este formidable consumo no generaba problemas de orden público o privado. Aunque se cuentan por millones, los usuarios regulares de opio no se consideran enfermos ni marginados sociales. La costumbre de tomar esta droga no se distingue de cualquier otra costumbre —como madrugar o trasnochar, hacer mucho o poco ejercicio, pasar la mayor parte del tiempo fuera o dentro de casa—. De ahí que no haya en latín una expresión equivalente a «opiómano», si bien ya había al menos una docena de equivalentes a «dipsómano» (alcohólico).

El islam
Los médicos árabes eran muy versados en el uso del opio, y se extiende por todos los territorios dominados por el islam en pastillas que a veces llevaban impreso el sello mash Allah (presente de Dios). Avicenas, el príncipe de la medicina, lo usa como tratamiento en numerosas enfermedades. Hacia el siglo IX sus usuarios solían comerlo, aunque los persas ya lo fumaban; también era frecuente consumirlo en jarabes de uva, mezclado con hachís. En el califato de Córdoba (España), que durante el siglo X era el lugar más culto y liberal de Europa, vuelve a prepararse la triaca magna o galénica para la corte de Abderramán; también aparecen allí varios libros sobre botánica medicinal y farmacia, inconcebibles en cualquier reino cristiano de la época.

China
Los chinos conocieron la droga a través de los árabes, pues sólo habían utilizado la adormidera con fines medicinales. En el siglo XVI los árabes les transmitieron el arte de escarificar las cápsulas de amapola y con ello, el uso recreativo del opio. Fue considerado oficialmente con el nombre de “YING TZU-ZU” y vendido en farmacias.
Más tarde, en el siglo XVII, al prohibir el emperador Ming el uso del tabaco aparecieron en China los fumadores de opio. Por aquella época el comercio portugués e inglés del opio creció de forma alarmante, hasta el punto que el emperador chino publicó un edicto prohibiendo su uso e importación. El mercadeo de opio por parte de Inglaterra, Francia y Estados Unidos a China generó un conflicto de grandes proporciones. Los chinos consideraban que occidente no tenía nada de valor con lo que comerciar. Pero los comerciantes ingleses y estadounidenses, fuertemente respaldados por la corona inglesa, vieron en el opio la posibilidad de tener intercambio. La costumbre se volvió tan popular que las grandes importaciones de adormidera terminarían desequilibrando las prósperas finanzas chinas por primera vez en su historia. En 1729 el emperador Yong-Tcheng promulga un edicto prohibiendo la importación del opio. El jugo de adormidera se introduce entonces clandestinamente, primero financiado por los portugueses y a partir de 1773 gracias a la East India, compañía inglesa que tenía el monopolio exclusivo sobre las plantaciones hindúes e incrementa considerablemente el tráfico. Pese a un segundo edicto que en 1796 aplica la pena capital a contrabandistas y dueños de fumaderos, la cantidad de opio de contrabando asciende a una tonelada y media.
Comprobando que era imposible impedir su entrada ilegal el emperador opta por negociar con los ingleses, pactando que la cuantía de las importaciones de opio habrá de ser compensada con los ingresos de la exportación de té, aunque los ingleses ignoran estos acuerdos.
El opio y sus derivados (morfina, heroína, etc.) constituyen unas de las drogas más adictivas. Un obrero chino que se volvía adicto, gastaba 2/3 de su sueldo en opio y dejaba a su familia en la miseria. En 1839 el opio ya estaba al alcance de los obreros y campesinos.


Funcionarios chinos destruyendo una partida de opio. Imagen: esacademic.com
El tráfico del opio siguió floreciendo en China hasta principios del siglo XX, por lo que el emperador debió tomar cartas en el asunto, nombrando a Lin Hse Tsu para que frenara el mismo. Lin Hse Tsu mandó una carta a la Reina Victoria I del Reino Unido, pidiéndole que no traficara más con opio. Sin embargo todo parecía inútil hasta que, en 1.839, el gobierno chino exigió la entrega del opio almacenado en los barcos de naciones occidentales que estaban anclados en el puerto de Cantón. Esta medida originó una gran tensión política que terminó con la guerra entre China e Inglaterra (1.840 a 1.842), conocida como la “Primera guerra del Opio”. Finalizado el conflicto bélico y derrotados los chinos, Inglaterra obligó al gobierno chino a establecer el puerto de Hong-Kong, que pronto se convirtió en el centro del tráfico y comercio del opio. Cuando Hong Kong fue devuelta a China en 1997, lo primero que hicieron fue poner una estatua de Lin, considerado como un héroe nacional.

La guerra generó un estímulo para que más mercaderes fueran a China desde Estados Unidos e Inglaterra. Muchas de las grandes fortunas de Estados Unidos fueron basadas en este narcotráfico, que era encubierto, pues decían que se comerciaba con té o tabaco. Se le llamaba China Trade o Far East Trade.
Más tarde, en 1.845, se originó otra guerra motivada igualmente por el opio y conocida como “Segunda guerra del Opio”.

América
En América, en el siglo XVIII, ya era conocido el opio, recetado por los médicos como analgésico de las enfermedades venéreas, cáncer, cálculos biliares, disentería, vómitos y dolores de parto. Luego aparecieron teorías sobre los peligros que encerraba el consumo del opio en grandes dosis, pero todavía no se definían y reconocían de forma concreta. Los problemas del uso se vieron incrementados por la aparición en el año 1.806 de otro principio activo del opio, la morfina, descubierta por el alemán Friederich Sertürner. De igual manera las propiedades adictivas de la morfina, alcaloide del opio, no fueron precisadas con exactitud e incluso aquellos médicos que habían llegado a reconocer la adicción del opio no se dieron cuenta de que sus alcaloides, entre ellos la morfina, resultaban más peligrosos que la sustancia original. No es de extrañar que se administrase la morfina como cura de la adicción del opio, que por otra parte pronto fue preferida por los adictos debido a su potencia.


Fumadero de opio chino. Imagen: elmercaderdelasalud.blogspot
En el año 1.832 se descubre otro alcaloide del opio, la codeína. En 1.850 Pravoz inventa la jeringuilla y Behier preconiza su uso para introducir la morfina debajo de la piel. El morfinismo llega a ser muestra de elegancia y riqueza, se extiende y llega también a Norteamérica, siendo consumida en todo el mundo occidental, calculándose en EE.UU. la cifra de 600.000 morfinómanos en 1.914. El problema fue tan grande que en 1.900 se celebró el primer congreso internacional sobre el tema.
En 1.918 Dreser comienza a experimentar con una nueva sustancia aislada en 1.896: la diacetil-morfina (heroína), cuya indicación fue como analgésico potente y capaz de tratar al morfinómano sin sus perjuicios. Su uso se extiende a gran velocidad. Así se constató un consumo ilegal en Nueva York de 2.000 kilos entre los años 1.901 a 1.910. Su uso médico, al igual que con la morfina con respecto al opio, fue desacertado, lográndose un mal superior, donde ya su consumo se extendería con fines extraterapéuticos.
En 1.939 aparece la petidina, también como analgésico útil, eficaz y no adictivo. En 1.946 se introduce la metadona y se llega a que en 1.953 el 25% de los toxicómanos de Bélgica y Alemania Federal son adictos a ella.
Y siguen apareciendo nuevos productos de síntesis: dextromoramida, dextropropoxifeno, etc., cada cual más potente y adictivo.


BOTÁNICA, OBTENCIÓN DEL OPIO Y PREPARACIÓN

El opio y sus derivados se obtienen de una de las 500 especies de la familia de las papaveráceas, la Papaver Somniferum. De las aproximadamente 500 especies de papaveráceas conocidas, unas 100 contienen el alcaloide de opio en variable proporción, y de éstas solo 4 son rentables por su mayor concentración.

Fotografía de la planta en época de floración
Es una planta anual, que se siembra en octubre o noviembre, o bien en enero o febrero según la zona de cultivo, y tiene un ciclo botánico de 4 meses. La semilla se entierra a poca profundidad. Su altura, cuando la planta es adulta, es de 1 metro aproximadamente. Las hojas, hendidas, de color verde-azulado, están dispuestas abrazadas al tallo. Las flores, de 4 pétalos, son de color blanco, rosa, rojo y violeta, según sus diferentes variedades, y son muy grandes y vistosas. Las que podemos ver en nuestros campos son de tipo silvestre y normalmente del tipo o similares a la amapola. 
Las semillas, pequeñas esferas de 1 mm. de diámetro, se encuentran alojadas en su fruto capsular, cuyo tamaño oscila entre una aceituna o una naranja pequeña. En la parte superior de la cápsula tiene una corona ondulada que distingue su fruto de cualquier otro. Las raíces, flores, semillas y hojas son inofensivas, sin embargo, la epidermis de la cápsula es lo que verdaderamente importa, pues de ella sale el opio.
Las semillas se emplean en algunos lugares para fabricar aceites, dar gusto al pan, piensos e incluso en alguna cultura amasadas con barro destinado a bloques de ladrillo para albañilería.
La zona de mayor producción mundial del opio se denomina Triángulo de Oro. Es una franja de terreno de unos 600 x 250 km., que abarca las fronteras comunes de Laos, Birmania y Tailandia.
Unos 15 días después de caerse los pétalos de las flores, aproximadamente tras 12 días de su aparición, es cuando la cápsula tiene mayor contenido de principios activos, procediéndose a la recolección del opio. Manualmente, una por una, se procede a practicar unas incisiones precisas en las cápsulas con un objeto cortante. Los diferentes tipos de incisiones varían según el país o la región donde se recolecta.


Tipos de cortes en las cápsulas, según los países
Durante las 24 horas siguientes, por las incisiones practicadas, la cápsula ha ido segregando un jugo o látex de color blanco pegajoso, que luego al secarse y por la acción del oxígeno se va oscureciendo hasta presentar un color castaño-amarillo-negruzco, de aspecto de piedra cristalina al tiempo que pierde agua y se concentran los alcaloides. Al día siguiente se procede a recoger mediante raspado el látex segregado, que no es otra cosa que el opio en crudo con el que se van formando panes que se guardan en cubetas.


Recolección manual del opio. Imagen: El Mundo

Una vez seca la planta, las cabezas contienen centenares de semillas que salen de manera natural por las aperturas de la parte superior debajo de la corona. Las semillas no contienen, o en cantidad insignificante, alcaloides. 

Identificación
El opio en crudo, también llamado “opio bruto”, tiene un olor muy fuerte a podrido, sabor amargo, es transformado por cocción y fermentación en otro llamado opio elaborado, apto para ser consumido mascado o fumado. Puede presentarse como una resina color marrón oscuro o como una piedra negra y quebradiza. La consistencia varía según el tiempo de exposición al aire y los procesos de refinación.


Opio elaborado con la típica forma de "pan"

FORMAS DE CONSUMO, DOSIS Y USOS MÉDICOS

Fumado
A lo largo de la historia ha sido administrado de diversas maneras. Los polvos y las preparaciones de opio con alcohol (láudanos y tinturas) se ingieren por vía oral. Cuando el opio se presenta en forma de piedra ésta se desmorona y se fuma en una pipa convencional, asentando en el fondo un poco de tabaco o marihuana para facilitar su consumo. Cuando se adquiere en bruto el opio debe refinarse para transformarse en chandoo (chandú) mediante varios hervidos en agua destilada antes de ser fumado. En forma casera esta operación puede realizarse disolviendo el opio en agua destilada. El agua se hierve y se filtra en una malla. El proceso se repite tres veces hasta que la masa adquiere una consistencia de jarabe. Este preparado queda libre de ceras y otras sustancias no deseadas y con un nivel de morfina más concentrado. Se vierte en una cazoleta de barro semiesférica, provista de un cañón que se adapta a un tubo de unos cuarenta centímetros de largo que es la pipa.


Opio en bruto. Imagen: wikipedia
El método descrito como más eficiente consiste en utilizar un cuchillo calentado al rojo vivo, aplicándolo sobre la piedra de opio e inhalando todo el humo resultante con un embudo. Otro sistema consiste en una pipa metálica, para que el opio pueda llegar a hervir, y suficientemente larga para que el humo se enfríe.
También se puede fumar en papel de aluminio, aunque le lleva más tiempo transformarse en gota y correr papel abajo. Un cigarrillo de opio no llega a la temperatura adecuada y se pierde gran parte de su efectividad. La práctica de fumar opio, muy extendida entre las tribus indígenas de Asia, se realiza en la posición de acostado del fumador. Los fumadores experimentan sueños placenteros durante varias horas, evadiéndose del mundo que les rodea.
Una dosis excesiva de opio ocasiona la muerte por insuficiencia respiratoria. Los útiles del fumador de opio son:
-Pipa de bambú de gran longitud
-Aguja larga para pinchar la bolita de opio que se pone en la cazoleta
-Mechero o pequeño fogón

Fumadero de finales del s. XIX en el que se pueden observar los útiles para su consumo
Comido
La ingestión de opio es descrita como la percepción de un sabor desagradable. Los efectos pueden tardar de media hora a 2 horas en empezar, y se mantiene de 8 a 14 horas. Ingerir opio por vía oral afecta más que fumarlo, aunque ambas prácticas van acompañadas de náuseas, vómitos y molestias estomacales. Otro modo es introducir la bola por el recto. Los efectos se dejan notar menos en el estómago y son igual de intensos que mediante administración oral.


En infusión (Harshasha)
Con la planta seca triturada se puede preparar una especie de tisana, no desperdiciando ninguna de sus partes.


Infusión preparada con las plantas. Es frecuente su uso en culturas orientales. Imagen: tiffotos.com
Inyectado
Se dan casos en que el opio es preparado en una cuchara como si fuera heroína y se inyecta directamente en las venas, método contraproducente pues produce dolor e inflamación posterior. 

Usos terapéuticos
A partir de la Edad Media los antiguos boticarios confeccionaron diversos alcoholatos e hidrolatos, fármacos que se obtenían al destilar ciertas plantas con vapor de alcohol o con vapor de agua. Los alcoholatos están subdivididos en alcoholaturas y tinturas. Las primeras se preparan con plantas frescas y las segundas con plantas secas. Se les utiliza como analgésicos generales, como remedios para el insomnio, contracciones uterinas y trastornos gástricos. Los llamados polvos de Dover (que contienen hasta un 95% de opio) y la tintura de opio (5 g de extracto de opio diluidos en 95 g de alcohol) fueron bastante populares hasta que en 1660 Thomas Sydenham, considerado el Hipócrates de Inglaterra, inventa el láudano que lleva su apellido y populariza la siguiente receta: "Tómese vino de España, 1 libra; opio, 2 onzas; azafrán, una onza; canela y clavo en polvo, de cada uno un poco; hágase cocer todo esto a fuego lento, al baño maría, durante dos o tres días, hasta que el líquido tenga la consistencia necesaria; fíltrese luego y guárdese para hacer uso." También exponía 1680: "De entre todos los remedios a que Dios Todopoderoso le ha complacido dar al hombre para aliviar los sufrimientos, no hay ninguno que sea tan universal y tan eficaz como el opio". 



Remedio para la adicción al opio, el alcoholismo y la neurastenia. Imagen: wikipedia

En el curso de los siglos posteriores la admiración de la clase médica ante los efectos analgésicos del opio y de sus derivados se fue moderando, al conocerse su toxicidad y su capacidad para ocasionar dependencia física. El conocimiento de estos efectos secundarios considerados indeseables, aunado a la falta de otros tipos de drogas capaces de ejercer una acción analgésica tan potente, estimularon una gran actividad de investigación científica para descubrir opiáceos sintéticos que tuvieran las propiedades positivas de este fármaco natural.

Los en su época famosos polvos de Dover
Hasta principios del siglo XIX uno de los sistemas de venta era el correo. Había una gran cantidad de farmacéuticos, médicos y charlatanes que fabricaban preparados a base de alcohol, cocaína, opio, sus derivados y varias sustancias psicoactivas más. Bálsamos, tónicos, elíxires, ungüentos y polvos con mayores o menores proporciones inundan las droguerías. Las cuentas farmacéuticas de Goethe, Novalis, Goya, Coleridge, Shelley, Byron, Wordsworth, Keats y Walter Scott muestran un consumo regular de láudano. Se supone que Goya y Walter Scott llegaron a tomar 800 gotas diarias de láudano, cantidad letal para más de una persona sin tolerancia. Otros ilustres usuarios de la droga fueron Edgar Alan Poe, Pedro el Grande, Catalina de Rusia, Federico II de Prusia, María Teresa de Austria, Luis XV de Francia, Guillermo II de Inglaterra, así como las casas reales de Suecia y Dinamarca.
Los usos en la medicina eran:
-Retardar el tiempo de evacuación del estómago
-Alterar la acción peristáltica del intestino
-Activar la transpiración (vasodilatador de la piel)
-Tratamientos de estados febriles (gripe, catarros, etc.)
En España se continuaron recetando extractos de opio preparados en farmacia hasta bien entrado el siglo XX.

Dosificación
Los efectos del opio comienzan entre los 15 y los 30 minutos después de su ingestión o entre los 3 y los 5 minutos después de ser fumado y duran entre 4 y 5 horas. Al llegar al cerebro, los alcaloides del opio ocupan los receptores específicos de ciertos neurotransmisores genéricamente llamados endorfinas, que se producen de forma natural dentro del cerebro humano. La mayoría de ellos actúan como agonistas (sustancias que se unen al receptor celular y provocan una reacción en la misma) fijándose a las tres categorías de receptores de opioides descubiertas hasta ahora en el SNC y que se designan con las letras griegas mu, kappa y delta. Los efectos analgésicos y antiestresantes que normalmente producen las endorfinas se ven incrementados en presencia de los alcaloides del opio.Las dosis bajas de opio fluctúan entre 500 mg y un 1 g; las medias entre 2 y 3 g; las altas entre 4 y 5 g. La dosis letal en sujetos sin tolerancia se calcula en 10 g.


Fumador de opio. Imagen: rinconabstracto.es
Efectos fisiológicos
A nivel físico, el opio provoca una disminución de la temperatura y el ritmo de funcionamiento corporal, contracción de las pupilas y estreñimiento. El consumo ocasiona mala asimilación de los alimentos, trastornos digestivos e insuficiencia hepática; y en casos graves de abuso reiterado insuficiencia respiratoria, congestión pulmonar, asma o angina de pecho. Desconozco si hay algún informe sobre posibles daños genéticos en bebés cuyos padres son consumidores.

Potencial de dependencia
El opio provoca tolerancia dependencia física y psíquica. Un síndrome de abstinencia leve puede surgir hasta con 15 y 30 mg diarios administrados durante dos o tres meses. Sus síntomas se presentan entre las 48 y las 72 horas posteriores al retiro; se caracterizan por ansiedad, inquietud, irritabilidad, lagrimeo, dolores articulares, insomnio, transpiración excesiva, dilatación de pupilas, escalofrío, diarrea y calambres musculares. Estos síntomas se experimentan alrededor de una semana tras interrumpir su consumo. 

Efectos psicológicos
Los primeros efectos se dejan notar como cansancio y somnolencia. A medida que crece el efecto se sienten hormigueo y picores en todo el cuerpo, se deja de sentir dolor si se padecía y se aumenta la sensación táctil. A medida que se cae en los efectos narcóticos el consumidor empieza a soñar en duermevela. Va acompañado de alucinaciones, náuseas y vómitos. Cuando se interrumpe el suministro de la droga se presentan los síntomas del síndrome de abstinencia. Éstos pueden incluir nerviosismo, ansiedad, insomnio, bostezos, acuosidad nasal y ocular, transpiración, dilatación de la pupila, carne de gallina, contracciones musculares con dolores en los músculos de la espalda y piernas, escalofríos, vómitos, diarreas, aumento del ritmo de la respiración y presión sanguínea, fiebre y una sensación de desesperación acompañada de la obsesión de obtener una nueva dosis.


Bola de opio para su consumo fumado. Imagen: avizora.com
Característicamente los síntomas empiezan a manifestarse de 8 a 12 horas después de la última dosis; aumentan en intensidad y alcanzan su apogeo entre las 36 a las 72 horas. En este punto los síntomas empiezan gradualmente a disminuir durante los siguientes cinco a diez días, pero el insomnio, el nerviosismo y los dolores musculares pueden durar varias semanas.

Formas de adulteración
En el mercado negro el opio puede mezclarse con goma arábiga, quinina, lactosa, y sustancias similares. También es habitual que esté contaminado con bacterias, virus, hongos o partículas.

Sobredosis
Para combatir la depresión del sistema respiratorio provocada por una dosis excesiva de cualquier opiáceo, la cafeína, la anfetamina y la cocaína son buenos remedios inmediatos. De acuerdo a fuentes médicas, el mejor tratamiento de la sobredosificación o sospecha de sobredosificación es la naloxona que funciona como antagonista de los opiáceos, en dosis de 0.4 mg por vía intravenosa. Si se ha tomado una sobredosis los resultados son espectaculares y ocurren a los dos minutos.


ALCALOIDES DEL OPIO Y COMPOSICIÓN

En el opio se encuentran más de 70 alcaloides, aunque solamente unos 20 se utilizan como estupefaciente eficazmente. A estos alcaloides se les conoce con el nombre de derivados naturales del opio. De estos derivados naturales se consiguen en laboratorios otros productos como la heroína, hidromorfina, oxicodona, dipremorfina, etc., que son los llamados derivados semisintéticos. Nada tienen que ver con otros productos químicos de laboratorio,  que no derivan del opio pero afines a éste por sus propiedades médicas, como la metadona y mepiridina. Son los denominados opiáceos sintéticos.

Derivados naturales del opio

Fenantrenos

• Morfina entre el 10-15%

• Codeína

• Tebaína

Benzilisoquinolinas

• Narcotina

• Papaverina

• Noscapina

• Narceína

Para la extracción de los principios activos se utiliza el método Gregory, recogiendo toda la planta, excluyendo raíces y hojas (paja de adormidera), triturándola y diluyéndola en ácidos, tratándola después con un proceso ácido/base. Este método fue creado en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial.
Los derivados naturales del opio constituyen los analgésicos más eficaces de los que se tiene conocimiento. Figuran entre las drogas de las que disponen los médicos y se utilizan con frecuencia para disminuir los dolores agudos resultantes de intervenciones quirúrgicas, fracturas, quemaduras, etc., así como aliviar el sufrimiento en las últimas fases de enfermedades incurables como el cáncer.


RÉGIMEN LEGAL

Legislación
En la mayoría de los países del mundo, esta droga está catalogada en las del grupo I, por lo que está rigurosamente prohibido su comercio y posesión con fines lucrativos. En España su tenencia para consumo en el domicilio no constituye de por sí delito, salvo que se posea en cantidad predispuesta al tráfico o se realicen actos de cultivo. Su uso médico actualmente está descartado, no así el de muchos de sus derivados.

Régimen legal en España
El opio es una sustancia prohibida. En la práctica esto significa que no hay autorización alguna para comercializar el opio con fines recreativos. Lo único que se autoriza después de los correspondientes trámites, es la producción de algunos de sus alcaloides destinados a cubrir necesidades médicas legítimas.


CULTIVO LEGAL

Uno de los medicamentos más comunes y de mayor uso por su eficacia en combatir la tos ejerciendo un ligero efecto analgésico es la codeína, alcaloide del opio. En el año 1.975 se autorizó el cultivo del opio en España para abastecer a la demanda farmacéutica de este compuesto.
Existe una empresa explotadora, no sé si más en la actualidad, que  delega en agricultores el cultivo de la adormidera, a los que se expide el oportuno documento de autorización, en los que se consta la ubicación y extensión del cultivo. Tienen al mismo tiempo, y bajo contrato, la obligación de vender su producción a la empresa explotadora en las condiciones y al precio convenido por los mismos.
En la época de recolección se lleva a cabo con cosechadora como si se tratase de cualquier cereal. Debido a que toda la recolección mecánica lleva consigo un pequeño porcentaje de pérdida del producto en el suelo, y con el objeto de que éste no pueda ser utilizado en forma ilegal, se procede a la destrucción del rastrojo mediante quema.
Las principales zonas de explotación estaban ubicadas en las provincias de Lérida, Sevilla, Córdoba y Granada.


Plantación de adormidera en Puente Genil
La centralización, almacenaje y reelaboración se lleva a cabo en plantas montadas al efecto. Después se consiguen la morfina, que es guardada en cajas fuertes con sus correspondientes sistemas de seguridad, hasta el momento de su distribución a los respectivos centros farmacéuticos.

El opio en el mundo
El cultivo legal de opio en el mundo está legislado por la Convención Única de Naciones Unidas de 1961 y otros tratados, y bajo la supervisión individual de cada país productor. El mercado de exportación mundial se reguló a raíz del descubrimiento en 1930 de que una gran red lo introducía en el mercado negro a partir del cultivo legal. Muy pocos países autorizan legalmente el cultivo para la posterior extracción de los principios activos, entre ellos India, Francia y Turquía. La India es el mayor productor legal a nivel mundial y el único que produce opio a la manera tradicional de la incisión.
Otros países que cultivan opio para la exportación legal son Francia, con su compañía FRANCOPIA (Sanofi-Aventis) que produce el 25% de la demanda mundial, con ventas que alcanzan los 60 millones de euros; y la región de Tasmania, en Australia.
Los países del sudeste asiático son los mayores productores de opio para la exportación en forma de heroína a nivel mundial, dándose las tres cuartas partes de la producción mundial en Afganistán. Este problema se trató de regular dando licencias a los cultivadores afganos, por parte de Naciones Unidas, para la exportación a nivel legal, pero dada la situación actual de la zona desconozco el grado de aplicación de estas medidas. Lo que sí fue importante fue el corte de suministro durante el cierre de fronteras en la guerra de Irak, que invadió Europa de droga de bajísima calidad. 

DERIVADOS NATURALES DEL OPIO

1. MORFINA
Alcaloide del opio sólido, muy amargo y venenoso. Se extrae del opio y se cristaliza en sales para dosis pequeñas. Se emplea en medicina como medicamento soporífico y anestésico.

Breve historia
En 1806 Frederick Sertürner redujo el opio a una solución en ácido mecónico que neutralizó con amoniaco, y aisló la morfina del opio y reconocida como alcaloide. Su nombre se debe al dios griego del sueño “Morfeo”. En un principio lo llamó principium somniferum opii -por sus virtudes narcóticas-  y posteriormente morphium en honor del mítico Morfeo, dios del sueño.
Veinte años después del descubrimiento de la morfina, los laboratorios Merck comienzan a fabricar este psicofármaco al por mayor. 
El uso de la morfina se propaga cuando Carlos Gabriel Pravaz inventa la jeringa y Alejandro Wood desarrolla el procedimiento hipodérmico. Durante la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), gracias a la morfina los soldados dejarían de sufrir terribles dolores. Al término de la guerra aparece la llamada army disease, es decir, la dependencia física de los pacientes tratados con morfina. Esto asegura durante varios años más tanto las ganancias de Merck como las de la primera fábrica de agujas para jeringas que también surgió en la Unión Americana.
En 1885, pasada ya la guerra y sus estragos, el primer lugar entre las drogas más recetadas lo ocupan los preparados de hierro (para la anemia), el segundo los de quinina (contra la malaria), y en tercero y cuarto lugar respectivamente están los preparados de opio y la morfina. Los tres primeros se venden todavía en forma de vinos, jarabes, elíxires y panaceas cuyas patentes y ganancias están en manos de terapeutas sin titulación.
Médicos y farmacéuticos reformulan su estrategia, presionan al gobierno para acabar con la competencia y logran que en 1906 se expida la Ley sobre Pureza de Alimentos y Drogas. Esta legislación obliga a incluir los nombres y las cantidades de los componentes de cada fórmula, por lo cual miles y miles de fármacos basados sobre una u otra especie de fraude se hundieron con la simple exigencia de la veracidad en la etiqueta. El público se dio cuenta de que muchas drogas con precios totalmente distintos contenían en realidad la misma cosa. Con ello termina la época de las medicinas de patente para dar paso a la era de la industria farmacéutica y la medicina institucionalizada.

Extracción y preparación
La morfina se encuentra en el opio en un 10% y es diez veces más potente que éste. Aproximadamente de 10 Kg. de opio bruto se obtiene 1 Kg. de morfina base, siguiendo las siguientes operaciones:
En un recipiente se vierten ¾ de opio y ¼ de agua. Esta mezcla se va calentando poco a poco y se va agregando cal. El producto resultante se filtra en otro recipiente quedando la cal en el filtro. Se vuelve a calentar con cloruro de amoníaco precipitándose en el fondo una sustancia que es en gran parte la morfina base, la cual se separa por filtración, desperdiciándose el líquido. La morfina base así obtenida no es pura, pues contiene el 85% de morfina.
Los procesos para su extracción no han variado mucho en la actualidad: después de secar el opio bruto y reducirlo a polvo, éste se consume en cloroformo. Posteriormente se diluye el residuo en agua o alcohol, se precipita por amoniaco y la morfina queda liberada en forma de polvo cristalino.


Distintas presentaciones comerciales de la morfina. Imagen: slideshare.es
Durante el primer tratamiento, el opio se transforma en una base técnica, de color moreno, conteniendo más o menos 60% de morfina. La segunda operación eleva el porcentaje a 93 o 94% y permite obtener la morfina base de color blanco.
Posteriormente puede realizarse una clorhidratación que aumenta el peso entre un 10 y un 15%, dando por resultado el clorhidrato de morfina.

Identificación
Es un polvo blanco muy fino, inodoro, de sabor amargo y soluble en 100 partes de agua fría o 40 partes de alcohol.
Normalmente la morfina aparece en el mercado ilícito en forma de comprimidos y cápsulas. Su apariencia natural es la de un polvo cristalino de color blanco o castaño claro, generalmente inodoro.


Morfina inyectable. Imagen: mind-surf.es

Dosificación
Su dosis de empleo terapéutico oscila entre los 8 y los 15 mg. En caso de infarto o edema pulmonar se administran de 2 a 6 mg lentamente por vía intravenosa en 5 ml de solución salina. Para empleos lúdicos suelen utilizarse dosis similares o mayores a las terapéuticas recomendadas para el dolor grave: entre 15 y 20 mg. La dosis letal para un consumidor sin tolerancia se calcula alrededor de los 2 g.

Efectos fisiológicos
La primera inyección da náuseas y vértigo pero la costumbre se adquiere pronto. En dosis terapéuticas la morfina produce depresión respiratoria importante, aumenta la presión intracraneal y puede provocar vómito; genera además, contracción de las pupilas (miosis), estreñimiento, insensibilidad al dolor e incoordinación muscular. Su empleo prolongado puede ocasionar somnolencia, apatía disminución de la presión arterial, retención urinaria y disminución de la capacidad sexual.
Desconozco si existen alteraciones genéticas debidas al uso de morfina; sin embargo, su empleo durante el embarazo es peligroso por la depresión respiratoria y porque el fármaco puede llegar al feto produciendo efectos más prolongados que en la madre.

Potencial de dependencia
La morfina produce altos índices de tolerancia y dependencia física. Un consumidor habituado por más de cinco años puede consumir al día cantidades mortales para ocho o diez personas. El síndrome de abstinencia puede surgir con cinco semanas de usar diariamente más de 500 mg. Sus síntomas se presentan entre las 48 y las 72 horas posteriores al retiro y se experimentan alrededor de una semana. No obstante, según se afirma en diversos manuales de tratamiento clínico, la abstinencia de la morfina o cualquier opiáceo sólo produce una morbilidad moderada (más o menos de la misma gravedad de un ataque de resfriado). "Los toxicómanos a veces se consideran más dependientes de lo que en realidad son y pueden no requerir un programa de abstinencia."
Los grados de abstinencia se clasifican de 0 a 4. El grado 0 incluye el deseo por la droga y ansiedad; el grado 1, bostezo, lagrimeo, rinorrea y sudoración; el grado 2, los síntomas previos mas midriasis, anorexia, temblores y accesos de calor y rubor con dolor generalizado; los grados 3 y 4, una mayor intensidad de los síntomas y signos previos, con hipertemia, hipertensión arterial, aumento del pulso y taquipnea así como una respiración más profunda.
En caso de abstinencia por farmacodependencia más grave, comúnmente se presenta vómito, diarrea, pérdida de peso y eyaculación u orgasmo espontáneos. Si es necesario un programa de abstinencia, los médicos emplean metadona, 10 mg por vía bucal en intervalos de 4 a 6 horas hasta que ya no se presenten los signos.

Efectos psicológicos
La morfina es de 10 a 20 veces más fuerte que el opio. El principal efecto farmacológico de la morfina es el alivio del dolor.
Es difícil de establecer una dosis tóxica para la morfina. Se consideran 200 miligramos como dosis letal. Cuando una persona se envenena con morfina al principio se encuentra deprimida, las pupilas se constriñen, la respiración se hace más lenta llegando a un coma profundo, luego el pulso se vuelve lento y pierde intensidad, produciéndose latidos del corazón irregulares.
En casos de envenenamiento hay tiempo de actuar, pues generalmente la muerte ocurre de 5 a 10 horas después de haberse administrado la dosis excesiva; los pacientes que sobreviven las primeras 10 horas normalmente se recuperan de la intoxicación.

Formas de adulteración
Adquirida a través de los canales legales la morfina se encuentra libre de adulteración. No así en el mercado negro donde puede encontrarse cortada con lactosa, dextrosa, quinina, y otras drogas depresoras como barbitúricos y sedantes; o contaminada con bacterias, virus, hongos o partículas.

Sobredosis
En casos de intoxicación pueden presentarse náuseas, vómito, depresión del sistema respiratorio, circulatorio y digestivo. Un síntoma característico y suficiente para establecer el diagnóstico de intoxicación por morfina y otros opiáceos es la presencia de miosis en grado máximo (las pupilas aparecen como puntos). En casos graves se genera un colapso respiratorio, coma y muerte, por lo que resulta indispensable solicitar ayuda médica y no dejar que el sujeto se duerma ya que la depresión respiratoria aumentaría, y con ella el peligro de muerte por asfixia. La naloxona en dosis de 4 mg por vía intravenosa, intramuscular o subcutánea, alivia la depresión respiratoria y el estado de coma producidos por la intoxicación aguda. Si no hay respuesta después de 3 dosis aplicadas en intervalos de 3 minutos, es posible que otra droga esté implicada o exista alguna enfermedad.
Si la droga fue ingerida y el individuo está consciente, se recomienda dar carbón activado disuelto en agua y provocar el vómito. Posteriormente un lavado gástrico. Si fue inyectada se utilizan compresas de hielo en el sitio de aplicación para disminuir el flujo capilar sanguíneo. En ambas las circunstancias se recomienda mantener caliente al paciente y darle de beber café negro fuerte.

Régimen legal actual
La morfina es una sustancia prohibida. Para utilizarla con fines médicos hay que seguir una serie de trámites burocráticos.

2. CODEÍNA
La codeína es otro alcaloide del opio, se encuentra en él en un 0,4%. El vocablo en griego significa “cabeza de amapola”.

Historia
Fue aislada por primera vez en 1.832 por el Dr. Robiquet.

Obtención
Una nueva fuente de obtención de la codeína es la adormidera denominada Papaver Bracteatum o “amapola de la tebaína”, rica en este alcaloide, que se encuentra también aunque en pequeña proporción en la Papaver Somniferum. La tebaína es susceptible de transformarse en codeína, pero difícilmente en morfina, lo que elimina gran cantidad de riesgos y permite reducir los cultivos de adormideras tradicionales.


Papaver Bracteatum. Imagen: wikipedia
Identificación
La codeína se presenta en forma de polvo blanco, cristalino o en forma de jarabe (jarabes para la tos). La mayor parte de las veces se abusa de ella en su forma líquida, concentrando el contenido mediante calentamiento.

Usos terapéuticos
La codeína o metilmorfina es uno de los medicamentos más comunes y de mayor uso por su eficacia en combatir la tos, ejerciendo también un ligero efecto analgésico. En grandes cantidades es utilizada por los consumidores cuando no tienen heroína o morfina, aunque sus efectos son menos potentes que los de éstas sustancias.


Presentación de la codeína en jarabe
Es imprescindible en la medicina. En España se precisan del orden de 4.000 Kg anuales para la fabricación de jarabes antitusígenos.
Más del 90% de la morfina producida se convierte en codeína.

Potencial de dependencia
Los casos de codeinomanía son relativamente escasos y la dependencia se produce sólo tras el consumo continuado durante un período prolongado.

3. TEBAÍNA
Es uno de los numerosos alcaloides presentes en el opio. Químicamente es próximo a la codeína y a la morfina. Es usado principalmente para crear derivados sintéticos, como la oxicodona y la naloxona. El nombre deriva de la ciudad egipcia de Tebas, que en la antigüedad poseía un gran comercio de opio.

4. NARCOTINA
Alcaloide que se extrae del opio por medio del éter sulfúrico, y es una sustancia sólida, transparente, inodora, insoluble en el agua y que cristaliza en prismas rectos de base rombal. Su acción narcótica es muy débil, y dudosos sus efectos terapéuticos. Consumida con alcohol potencia los efectos secundarios de éste y el fármaco
En general, se aconseja no consumir bebidas alcohólicas durante el tratamiento con analgésicos opiáceos, pues su ingesta con fármacos depresores del SNC potencia el efecto depresor, alterandose la actividad psicomotora del individuo, y pudiendo provocar depresión respiratoria. Esta interacción es especialmente peligrosa por que es motivo de muchos accidentes debido a la falta de percepción del individuo

5. PAPAVERINA
La papaverina es un compuesto que difiere de los alcaloides del opio del grupo de los mórficos, tanto desde el punto de vista químico, como del farmacológico. No es narcótica ni produce toxicomanías. su principal efecto farmacológico consiste en la relajación del músculo liso; además, ejerce moderados efectos del tipo de los de la quinidina sobre el corazón. La papaverina es un alcaloide opiáceo extraido de la flor de la planta. Es utilizada en el tratamiento de vasoespasmos, espasmos viscerales, espasmos del uréter y del tracto gastrointestinal. La papaverina también es administrada como vasodilatador cerebral en hemorragias. También podría alterar la respiración mitocondríaca de las células.

6. NOSCAPINA
La noscapina es un alcaloide que se obtiene del opio como la morfina. A diferencia de la morfina y sus derivados que pertenecen a la cadena de los fenantrenos, la noscapina proviene de la isoquinolina. Por eso, su eficacia es en muchos casos contraria a la de la morfina y la codeína. Actúa directamente sobre el centro respiratorio, control central del reflejo de la tos y tiene acción supresora. A dosis terapéuticas es prácticamente atóxica, tiene solamente una acción sedante central moderada y no provoca manía ni hábito. A pesar de que no existen estudios clínicos objetivos en enfermos con tos crónica, se prefiere utilizar la noscapina en el control de la tos en asmáticos y enfisematosos, ya que posee propiedades broncodilatadoras y no produce sequedad en el tracto respiratorio ni reduce la actividad ciliar. Excepto por el efecto antitusígeno, la noscapina no tiene acción significativa sobre el SNC en dosis terapéutica. Se absorbe bien cuando se administra por vía bucal y rectal; se distribuye por todo el organismo y se metaboliza casi totalmente, excretándose en la orina en forma inactiva. 
Los síntomas observados durante la sobredosis incluyen excitación, confusión y depresión respiratoria. En caso de sobredosis accidental se recomienda provocar vómito mediante la administración de eméticos o lavado gástrico.

7. NARCEÍNA
Alcaloide presente en pocas cantiades en el opio. Es uno de los mejores medicamentos hipnóticos, por lo que su aplicación legal es farmacéutica. 


DERIVADOS SEMISINTÉTICOS DEL OPIO


1. HEROÍNA
El término de heroína o diacetilmorfina deriva de que esta nueva droga sobre las vías respiratorias era tal que se creyó que se había vencido definitivamente a la tuberculosis (heroisch, remedio enérgico).

Bayer
A finales del siglo XIX la compañía Bayer era todavía una pequeña fábrica de tintes en una provincia alemana. Sin embargo, gracias a que en 1874 un químico empleado suyo, Dreser, pudo aislar un opiáceo nuevo gracias a la acetilización del clorhidrato de morfina (diacetilmorfina) su futuro cambia por completo. Su preparación es conocida desde esa fecha y producida comercialmente por la Bayer Company. Al principio fue recibida con entusiasmo, pero al poco tiempo los profesionales de la medicina determinaron sus peligros hasta acabar prohibiéndola. Los primeros experimentos con la nueva droga se realizaron dentro de sus laboratorios, orientándose hacia el tratamiento de la tos, disnea y tuberculosis. Un par de años después, la aspirina y la heroína se anuncian juntas como insuperables analgésicos y para contrarrestar varias enfermedades pulmonares.
Gracias a las ventas que ambos productos producen durante casi tres décadas, la firma Bayer pasa a convertirse en una poderosa empresa con altísimos índices de exportación.
La propaganda para comercializar la heroína a nivel mundial aseguraba: "al revés que la morfina, esta nueva sustancia produce un aumento de la actividad. Adormece todo sentimiento de temor. Incluso en dosis mínimas hace desaparecer todo tipo de tos."
Los problemas que directamente ocasionan los adictos a la heroína para conseguir dinero con el que comprar la droga son enormes y por todos conocidos. Robos, atracos, estafas, etc, y otros crímenes motivados por los efectos de la droga se suceden.

Obtención y clases
La heroína se obtiene a partir de la morfina por acetilación (es una reacción que introduce un "acetilo" en una sustancia química). Aproximadamente de 1 Kg de morfina base se obtiene 1 Kg de heroína. Los productos químicos que se necesitan son el anhídrido acético, bicarbonato sódico, ácido clorhídrico y alcohol, éter o cloroformo. Se fabrica en laboratorios clandestinos que, hasta comienzos de la década de los setenta proliferaron en toda la costa del sur de Francia, particularmente en Marsella. 
En su forma más pura es un polvo blanco de sabor amargo y olor a vinagre, debido al anhídrido acético empleado en su fabricación. Sin embargo, al igual que ocurre con otras drogas, llega al consumidor muy adulterado, cortada con productos como lactosa, quinina, cafeína, azúcar o glucosa, para modificar su volumen hasta 20 veces superior. La quinina sirve para dar impresión de su reciente fabricación.
Existen varias clases de heroína y vulgarmente se las conoce con los nombres de:

-Heroína número 1 denominada “alcohol pziu”

-Heroína número 2 o “heroína base”

-Heroína número 3 denominada “brown sugar”

-Heroína número 4 o “heroína pura”

Las número 1 y 2 son heroínas que debido a sus impurezas no son actas para el consumo. La número 3, Brown Sugar (azúcar marrón), es de color marrón, granulada, con una riqueza del 40 al 50%, y la número 4 es la más pura y refinada, de hasta un 90 a 95%. 

El Black Tar, alquitrán negro en castellano, es un tipo de heroína fabricado en Méjico que constituye una variante del producto. Aparece como consecuencia de ciertos cambios en el proceso de obtención.
También es denominada heroína negra, y actualmente también producida Colombia y otros países sudamericanos.



Heroína negra o Black Tar. Imagen: ojosdelmundo.blogspot
Esta sustancia aparece en el mercado generalmente en polvo compacto semisólido, en pequeños trozos con tonalidades entre el marrón oscuro y el negro. Es soluble en agua y tiende a derretirse en presencia de calor o humedad. Por sus especiales características normalmente se vende sin cortar, habiéndose encontrado, incluso en la venta al por menor en unos niveles de pureza de hasta un 93%, alcanzando normalmente el 60% ó 70%. A pesar de la dificultad para ser adulterada, sobre todo cuando se presenta en estado gomoso, se suele congelar, moler y así se le añaden sustancias similares a las que se usan para adulterar la heroína.
La forma de consumo es la habitual de la heroína, por inyección intravenosa, y también inhalada, e incluso fumada, mezclada con tabaco o algún derivado cannábico.

Identificación
La heroína sin refinar es un polvo granulado color canela; ya refinada es un polvo blanco, fino y cristalino, soluble en agua.

Formas de consumo

La heroína número 3 se consume, normalmente, fumada o aspirando los vapores de su combustión. Otra modalidad consiste en colocar la heroína en un papel de aluminio, calentándola hasta que se derrita al igual que ocurre cuando se hace caramelo con el azúcar. De la combustión se desprende un humo que es aspirado a través de un tubo o directamente. Por sus impurezas no es acta para ser inyectada, sin embargo, algunos consumidores lo hacen.


Típico chino de heroína. Imagen: El País
La heroína número 4 se consume, previamente disuelta en agua, por inyección en vena. Los utensilios a emplear son:

-La cuchara (puede ser también otro recipiente, como un tapón de coca-cola y otra bebida), es donde colocan las dosis de heroína para ser disueltas en agua.
-La vela, mechero, etc, para calentar la cucharilla y facilitar la disolución de la heroína.
-Algunos filtros de algodón o de cigarrillos emboquillados, que suelen poner en la punta de la aguja hipodérmica para cuando aspiran el líquido eliminarle sus impurezas; estos filtros, que quedan impregnados de la heroína, se guardan para una emergencia cuando escasea la droga, volviéndolos a utilizar para extraer de ellos algo de heroína.


Útiles para consumo de heroína inyectada. Imagen: zonaj.net
-Una jeringuilla convencional o “casera”, construida a base de un cuentagotas al que se la ha puesto la aguja, sujetada con esparadrapo o papel celo, en su final; el cuentagotas ofrece la ventaja de poder inyectarse las dosis de heroína a “golpecitos” y muy lentamente.
-Una goma o cuerda para hacerse el torniquete o dilatar la vena.

Usos terapéuticos
A partir de su aparición la heroína se utilizó principalmente para tratar la tuberculosis, debido a su capacidad para suprimir el reflejo de la tos. Pronto se vio que su efecto anestésico no era mayor que el de la morfina, pero era más activa, por lo que podía utilizarse en dosis menores logrando el mismo efecto, con las consiguientes ventajas a nivel de acumulación en los tejidos. Sin embargo algo más la diferenciaba de la morfina: ciertos efectos estimulantes y no sólo analgésicos, por lo que durante mucho tiempo se recomendó como cura para el hábito producido por la morfina. 

Dosificación
Las dosis terapéuticas son de 5 a 10 mg por medio de inyecciones subcutáneas o intramusculares. Como antitusígeno se recomendaba en dosis de 1.5 a 6 mg por vía oral. Para usos extrafarmacológicos, las dosis bajas rondan los 5 mg, las medias 15 mg, y las altas más de 25 mg. La dosis letal se calcula en 250 mg para sujetos sin tolerancia. Cuando escasea, se vende con riqueza de sólo un 1%. 

Efectos fisiológicos
Las primeras administraciones de heroína provocan manifestaciones de fuerte desagrado, destacando náuseas y vómitos. A nivel físico se presenta contracción pupilar, insensibilidad al dolor, disminución de la presión arterial, del ritmo respiratorio, del deseo sexual y descoordinación muscular. En caso de administraciones continuas puede presentarse obstrucción intestinal. La hepatitis, SIDA y otras enfermedades son las complicaciones más frecuente debido a los métodos de administración intravenosa, y la consecuencia de compartir agujas no esterilizadas entre los consumidores. También son comunes diversas infecciones cutáneas y tétanos.
Desconozco si hay alteraciones genéticas debidas al uso de heroína, pero los hijos de mujeres que la consumen frecuentemente durante el embarazo suelen nacer con bajo peso y presentan manifestaciones abstinenciales en diferentes grados.
Los adictos a la heroína son notorios por su gusto al azúcar. Fisiológicamente, esto viene provocado por una necesidad de combustible para el cuerpo. La heroína interrumpe masivamente el metabolismo corporal, deprimiendo el apetito normal. Algún mecanismo en el cerebro alerta sobre la falta de combustible, y el azúcar es la manera más rápida de conseguirla. 
El consumidor de heroína suele presentar en diversas partes de su cuerpo estigmas, cicatrices de los continuos pinchazos, no sólo en los brazos, sino en pies, muslos e incluso en los órganos genitales. Es decir, cualquier parte del cuerpo es válida para inyectarse.


Potencial de dependencia
La tolerancia provocada por la heroína es alta y se desarrolla con relativa rapidez. Lo mismo sucede con la dependencia psíquica y fisiológica. Para experimentar una necesidad física apremiante bastan alrededor de cinco semanas de consumir a diario un cuarto de gramo.
Los efectos de la heroína son parecidos a los de la morfina, pero en superior escala, pues es de 4 a 10 veces superior en potencia. El heroinómano está enganchado a la droga por las dependencias desarrolladas, anhelando constantemente la nueva dosis. La rehabilitación de su abusador es difícil.

Efectos psicológicos
Los efectos de la heroína comienzan entre los 3 y los 5 minutos después de haber sido inyectada o inhalada, y duran entre tres y cuatro horas. Al llegar al cerebro la heroína ocupa los receptores opioides que funcionan en el área de la analgesia y deprimen la respiración; y los receptores que, según teorías recientes, pueden estar más vinculados con el estado anímico que con la analgesia.

Formas de adulteración
Como todos los opiáceos de venta ilícita, la heroína puede adulterarse con quinina, lactosa, azúcar, bórax y otros fármacos depresores del SNC como barbitúricos, sedantes, o contaminarse con bacterias, virus, hongos o partículas. Hay algunos casos de sustitución total de heroína por pentazocina mezclada con el antihistamínico tripelenamina.
Esto origina que drogadictos que habitualmente se inyectan heroína de baja calidad reciban una sobredosis que les puede conducir a la muerte. 

Sobredosis
La intoxicación por heroína se caracteriza por miosis en grado máximo (las pupilas se ven del tamaño de la punta de un lápiz), náuseas, vómito, depresión de los sistemas respiratorio, circulatorio y digestivo. La mayoría de los casos de sobredosis pueden atribuirse a dos factores:
1) la mala apreciación de la tolerancia en los consumidores que, tras largos periodos de administrarse una dosis alta, sufren un periodo de abstinencia y vuelven a usar la misma dosis que acostumbraban.
2) un suministro repentino de heroína sin adulterantes que implica una dosis mayor a la habitual.
En casos de gravedad se produce un colapso respiratorio, coma y muerte, por lo que resulta indispensable la intervención médica y no permitir que el sujeto se duerma, ya que hay peligro de muerte por asfixia.
Se utiliza la naloxona en dosis de 4 mg por vía intravenosa, intramuscular o subcutánea, como antagonista de los efectos producidos por la intoxicación aguda, pero no resuelve el síndrome de abstinencia. Si no hay respuesta después de 3 dosis de naloxona aplicadas en intervalos de 3 minutos, es posible que otra droga esté implicada o exista alguna enfermedad.

Régimen legal actual
La heroína es una sustancia prohibida, perteneciente a la Lista I. En la práctica esto significa que no hay autorización alguna para comercializar la heroína con fines recreativos. Sus fines científicos y médicos virtualmente no existen.

2. HIDROMORFONA
Fármaco derivado de la morfina que se emplea en el tratamiento del dolor intenso. Sus efectos y farmacología son similares a los de la morfina, pero posee la ventaja de presentarse en cápsulas de liberación retardada.

3. DIHIDROMORFONA
Más poderosa que la morfina, pero menos que la heroína. Su dosis terapéutica es de 1/5 de la morfina, es decir, 3 mg, de esta droga producen los mismos efectos que 15 mg de morfina. Utilizada en uso médico para tratamientos del dolor.

4. ETILMORFINA
Se emplea para aliviar dolores alojados en el interior del globo ocular, evitando procesos inflamatorios.

5. DIHIDROCODEINONA
Más potente que la codeína. Sus dosis terapéuticas son de 5 a 15 mg. Es un analgésico de uso por vía oral.

6. BUPRENORFINA
La buprenorfina es un fármaco del grupo de los opiáceos, derivado de la tebaína. Fue comercializada por primera vez en los Estados Unidos en la década de 1980 como analgésico, con el nombre comercial de Buprenex 0.3 mg/ml inyectable, y para el tratamiento de la adicción a otros opioides como la morfina, la heroína, etc. Su aparición data a partir de 2001. 
Posee una actividad analgésica muy superior a la de la morfina, se admnistra por vía intramuscular, intravenoso, sublingual y transdérmica con el uso de parches. Se metaboliza por vía hepática. Los comprimidos sublinguales de este fármaco ofrecen un efecto analgésico de 6 a 8 horas.
La buprenorfina está indicada en los siguientes casos:
-En el tratamiento del dolor moderado o severo.
-Como analgesia pre o post-operatoria.
-En el manejo de la dependencia a otros opiáceos como la heroína

7. HIDROCODONA
La hidrocodona (dihidrocodeinona), es un opioide derivado de la codeína (metilmorfina). Se trata de un narcótico que se usa como analgésico por vía oral. Su consumo se ha incrementado mucho en los últimos años. Se puede encontrar en cápsulas o jarabe. Asimismo es un agente antitusígeno que suprime el reflejo de la tos mediante una acción directa sobre el sistema nervioso central.
Este medicamento se utiliza para aliviar desde el dolor moderado al intenso. La hidrocodona puede producir dependencia y un agravado síndrome de abstinencia si se abandona súbitamente el fármaco.

8. OXICODONA
La oxicodona es un analgésico opioide, efectivo por vía oral, muy potente y potencialmente adictivo. Se sintetiza a partir de la tebaína. La tolerancia y la dependencia aparecen tras varios meses de tratamiento, y a partir de este momento se requieren dosis cada vez mayores para obtener los mismos efectos analgésicos. Según la DEA estadounidense (Drug Enforcement Administration) y los fabricantes de este medicamento, es muy raro que aparezca adicción psicológica cuando se utiliza en las dosis recomendadas y durante periodos de tiempo no muy largos. Su perfil de abuso es similar al de otros agonistas opioides potentes, por lo que puede ser objeto de búsqueda y abuso por personas con alteraciones latentes o manifiestas de adicción. 

DERIVADOS SINTÉTICOS DEL OPIO

Son productos químicos de laboratorio, de efectos similares a los derivados del opio pero que nada tienen que ver con él. Históricamente se han distinguido dos acciones bien diferenciadas dentro de los opiáceos: por ejemplo la morfina que produce la bien conocida acción analgésica y euforizante, y la nalorfina que es capaz de contrarrestar esta acción. Sin embargo, aunque clasificada como antagonista de narcóticos, la nalorfina tiene también una potente acción analgésica propia, pero en lugar de euforia produce disforia y sintomatología psicotomimética que la hacen inútil como droga de abuso, pero también impiden su empleo terapéutico como analgésico. 
Según se desprende de las investigaciones la interacción de los opiáceos con los receptores depende de dos factores: la fuerza de unión a los receptores o afinidad, y la capacidad de ejercer acción sobre ellos o actividad intrínseca.
Sin duda el condicionante principal del uso de analgésicos narcóticos es el riesgo de adicción. El temor de convertir el enfermo en un adicto o provocar un síndrome de abstinencia es una razón de peso.Todos los agonistas puros son altamente adictivos. 

El tratamiento de la dependencia de opiáceos tiene tres fases esenciales:
•Desintoxicación: supresión del consumo de opiáceos, sin que el paciente experimente un cuadro agudo de abstinencia.
•Deshabituación: permite que el individuo pueda enfrentarse con garantías a los estímulos y situaciones que le impelieron al consumo de opiáceos.
•Rehabilitación: aunque no es una fase farmacológica propiamente dicha, sin reinserción social del ex-adicto, las dos fases anteriores carecen de valor práctico.
La desintoxicación puede durar entre unas pocas horas y tres semanas, según la opción terapéutica utilizada.
El empleo de dosis decrecientes de opiáceos permite sustituir el opiáceo ilegal por un preparado farmacéutico de fácil manejo y control. Se utiliza habitualmente metadona. Por su parte, el uso de agonistas como la clonidina, está justificado por la etiología de los síntomas neurovegetativos del síndrome de abstinencia agudo.
En los casos en los que es precisa una desintoxicación rápida se recurre al empleo de asociaciones de varios fármacos, generalmente antagonistas opiáceos, benzodiazepinas y antagonistas de los receptores de la serotonina.
La deshabituación se lleva a cabo tanto a través de medidas farmacológicas como psicológicas. La duración de esta fase es variable, pero raramente inferior a seis meses. Los programas de mantenimiento con opiáceos están encaminados a evitar el consumo de opiáceos ilegales, mediante la sustitución de estos por un tratamiento farmacológico de larga duración.
La buprenorfina es otra alternativa y el levacetilmetadol es comparable en eficacia a metadona, en lo que se refiere a la prevención del síndrome de abstinencia. Ofrece la ventaja frente a la metadona de una mayor eliminación, lo que la faculta para ser administrada en regímenes de tres dosis semanales o una dosis de cada dos días. Esto hace que las visitas a los dispensarios de estos productos sea menos frecuente y reducir la sensación de dependencia institucional. Entre sus desventajas esta la complejidad para establecer la dosis inicial, que debe ser calculada cuidadosamente hasta alcanzar la respuesta adecuada en cada paciente. También el lento inicio del efecto puede constituir un problema, ya que los síntomas de abstinencia pueden no ser adecuadamente contrarrestados durante los primeros 5-10 días del tratamiento.

Una vez que el paciente es capaz de mantener un régimen de vida sin opiáceos, puede ser conveniente el desarrollo de programas de mantenimiento con antagonistas opiáceos. La naltrexona bloquea los receptores de opiáceos e impide la gratificación psicológica del narcótico. Tiene la ventaja de no presentar los problemas de desvío a uso ilícito que tiene la metadona, ni puede ser usada como paliativo ocasional del cuadro de abstinencia sin propósito real de rehabilitación, como ocurre con la clonidina o la misma metadona.
Pero también tiene inconvenientes. No suprime el síndrome de abstinencia (puede precipitarlo), motivo por el cual se requiere previamente el proceso de desintoxicación. También es más fácil abandonar un tratamiento de naltrexona, porque ello no supone la aparición de sintomatología de abstinencia. Los tratamientos con naltrexona requieren mayor motivación de los pacientes que los mantenimientos con metadona.
La naltrexona constituye una buena alternativa terapéutica para individuos con historial breve de consumo de opiáceos, con largos períodos de abstinencia con recaídas intermitentes, adictos de origen hospitalario o carcelario, profesionales sanitarios adictos a los opiáceos, o en general pacientes que desean suspender un programa de mantenimiento con metadona.

Por el contrario, no son candidatos recomendables para el uso de naltrexona las mujeres embarazadas o lactantes, los menores de 18 años, aquellos pacientes con alteraciones orgánicas o antecedentes psiquiátricos graves, o politoxicómanos  cuya principal droga de abuso no sea un opiáceo.
Para comprobar el estado de desintoxicación se utiliza la prueba de la naloxona, sustancia utilizada en casos de sobredosis, consistente en administrar por vía subcutánea una pequeña cantidad (0,8 mg).

La rehabilitación es la etapa más importante para el paciente drogodependiente, ya que aunque se haya superado con éxito la fase de deshabituación, la mayoría de los individuos no están aún en condiciones de desarrollar una vida familiar, laboral y social adecuada. Por lo tanto no debe contemplarse la adicción como un problema puramente médico y mucho menos como susceptible de simple tratamiento farmacológico.
La adicción debe ser abordada desde una perspectiva multidisciplinaria, y en particular el tratamiento con metadona, que a fin de cuentas es la sustitución de un opiáceo ilegal por otro legal, no debe esperarse que tenga mucho éxito si no es como instrumento de un objetivo social. La meta puede ser tan ambiciosa como la reinsercción social del drogadicto o tan limitada como disminuir la criminalidad, pero un programa de rehabilitación no es digno de tal nombre si no tiene un objetivo bien definido, cuenta con los medios para llevarlo a la práctica y es capaz de establecer parámetros indicadores del éxito en el cumplimiento.

1. MEPERIDINA

Historia
Durante algún tiempo se realizaron esfuerzos para sintetizar una droga con las propiedades analgésicas de la morfina, pero que no poseyera la acción adictiva de ésta. En 1.939 se consiguió sintetizar la meperidina, comercializada con el nombre de Demerol con propiedades analgésicas y sedantes. 


Presentación comercial de la meperidina. Imagen: diccionariodelmedicamento.blogspot
Formas de consumo y dosis
Las dosis terapéuticas administradas generalmente por vía bucal o intramuscular oscilan entre los 25 y 150 mg. Sus efectos analgésicos permanecen durante tres horas. Volvió a saltar a la luz a raíz de la muerte del cantante Michael Jackson.


2. OXIMORFONA
La oximorfona es un poderoso analgésico opiáceo semisintético. También se la conoce como 14-hidroxidihidromorfinona. Fue desarrollado en Alemania en 1914 y patentado en los EEUU por laboratorios Endo-Pharmaceuticals en 1955. A la oximorfona se la conoce comercialmente como Opana y Numorphan. Tiene el aspecto de cristales blancos inoloros que se oscurecen en contacto con la luz en forma prolongada.

La oximorfona es administrada por vía intramuscular (inyección) o en supositorios, en dosis de 1 mg y de 5 mg. Se utiliza para aliviar los dolores moderados y severos, y también para fases pre y postoperatorias.

3. CLONACEPAM
El clonacepam ocupa el noveno puesto en la lista elaborada por la DAW (organismo de sensibilización sobre el consumo de drogas) de drogas sometidas a control que aparecen con mayor frecuencia. En la calle se conoce está sustancia con el nombre de PINS. Los consumidores la han pasado a consumir debido a su eficacia en el control de los ataques. También se puede explicar el aumento de su consumo por parte de personas tratadas con metadona por la pretendida virtud del clonacepam de aumentar los efectos de la metadona.

4. METADONA

Historia
Droga analgésica sintética, descubierta por los químicos alemanes en 1941, preocupados por la escasez de morfina disponible. Puede sustituir a la morfina para alivio de la mayoría de los dolores fuertes. Durante la Segunda Guerra Mundial este fármaco fue ofrecido al ejército alemán como analgésico. Tras unos meses de experimentos los alemanes terminaron descartándola por considerarla demasiado peligrosa. Su informe sostuvo que era "una verdadera cárcel química". Según algunos autores "es un opiáceo sintético, cinco veces más adictivo que la morfina, que en tolerancia y toxicidad resulta equivalente a la heroína".
Restringido al uso masculino, se calcula que en 1955 (época en que se ilegalizó el opio en Irán) el consumo habitual u ocasional se acercaba al 60% de la población adulta mayor de cincuenta años. 
Bajo presión de los Estados Unidos comenzaron a implementarse programas terapéuticos de tratamiento con la metadona. En 1973 Laos y Turquía también se vieron obligados a implementar clínicas de desintoxicación, a cambio de ayuda económica: 2,900,000 de dólares para Laos y 36 millones para Turquía, que ese mismo año perdió mucho más por concepto de exportaciones de opio. Actualmente no sólo los centros oficiales de desintoxicación en los países afiliados a la ONU utilizan metadona, sino miles de clínicas de rehabilitación en todo el mundo.

Formas de uso
Se consume tanto por vía oral como por vía subcutánea o intramuscular. Se toma por vía bucal cada 3 ó 4 horas y tiene la ventaja sobre la morfina y heroína de no producir el síndrome de abstinencia hasta pasadas 24 horas desde la última toma. No puede ser adulterada ya que se procesa industrialmente bajo estrictos controles de calidad.  

Usos terapéuticos
Este psicofármaco empezó a utilizarse como sedante y como remedio contra la tos, sin mucho éxito. Actualmente se emplea en los programas de desintoxicación y mantenimiento de los farmacodepencientes de opiáceos. En los Estados Unidos dejó de usarse con fines terapéuticos a mediados de los años sesenta, cuando el presidente Nixon lanzó la idea de que era una "droga contrarrevolucionaria", capaz de curar a los morfinómanos y heroinómanos. 

Metadona oral para el tratamiento de opiáceos. Imagen: cannabis.es

Dosificación 
Las dosis terapéuticas de la metadona varían entre los 7 y los 10 mg por vía oral en programas de mantenimiento. Para tratar síndromes abstinenciales provocados por opiáceos se emplean 10 mg en intervalos de 4 a 6 horas. Las dosis letales son de 100 mg en pacientes sin tolerancia.

Efectos fisiológicos
Sus acciones son similares a la morfina. Sin embargo los narcóticos naturales permanecen en el cuerpo de tres a cinco días tras la retirada, mientras la metadona permanece unas dos semanas siendo por eso mismo considerablemente más grave su síndrome abstinencial. Alrededor del 80% se metaboliza en el hígado. Cuando alcanza el cerebro ocupa los receptores provocando analgesia y deprimiendo la respiración. Administrada oralmente actúa entre los 30 y los 35 minutos después de su ingestión. Sus efectos principales duran entre 18 y 24 horas, aunque algunos pueden durar hasta 36. Es un agonista con propiedades farmacológicas cualitativamente similares a las de la morfina. Utilizada durante largos periodos puede provocar aumento de peso y entumecimiento. Sus efectos persisten después del uso repetido; de hecho la contracción de las pupilas y la depresión respiratoria se aprecian por más de 24 horas después de una dosis única.
Desconozco si hay alteraciones genéticas debidas al uso de metadona, pero al igual que en el caso de la heroína y la morfina, los hijos de mujeres que la consumen frecuentemente durante el embarazo suelen nacer con bajo peso y presentan manifestaciones abstinenciales.

Potencial de dependencia
La tolerancia y dependencia a la metadona se desarrolla más lentamente que en el caso de la morfina y, aunque posee propiedades adictivas bien definidas su uso implica menos riesgos que ésta. Son más severas debido a que las concentraciones sanguíneas del psicofármaco permanecen en el organismo durante más tiempo.

Efectos psicológicos
Se han confirmado modificaciones similares a las generadas durante el sueño en pruebas de encefalograma. El usuario percibe en vez de calma una promesa incumplida de algo, experimentada como a lo lejos, de un modo frustrante, sin inclinación a relacionarse relajadamente con otros, y privado también de las ensoñaciones que constituyen la parte "estética" del opio y la heroína. Esto explica que una inmensa mayoría de los mantenidos en metadona traten de reorientar su estado con alcohol, estimulantes y tranquilizantes, para potenciar sus efectos narcóticos o para limar aspectos incómodos de la intoxicación. La metadona sólo parece útil para:
a) abandonar un hábito de opiáceos naturales sin sufrir de inmediato una reacción de abstinencia;
b) mantener el hábito -e incluso incrementarlo-, pero sin estigma social.

Régimen legal actual
La metadona es una droga prohibida, perteneciente a la Lista I. Hay múltiples autorizaciones para producir y comercializar la metadona que se distribuye mundialmente en todas las clínicas privadas e instituciones oficiales de desintoxicación. En éstas últimas de hecho se regala. El clorhidrato de metadona se comercializa en emulsiones, ampollas y pastillas.

En caso de emergencia
En caso de sobredosis puede sobrevenir muerte por depresión respiratoria. La sobredosificación con metadona, que tiene una vida media de 24 horas, requiere dosis repetidas o una infusión de naloxona durante 72 horas, graduada cuidadosamente para evitar síntomas de abstinencia.

5. BUPRENORFINA
Fue comercializada por primera vez en los Estados Unidos en la década de 1980 como analgésico, con el nombre comercial de Buprenex 0.3 mg/ml inyectable. Para el tratamiento de la adicción a otros opioides como la morfina, la heroína, etc, su aparición data a partir de 2001. Es un derivado de la tebaína, y la naloxona revierte sus efectos sólo parcialmente, por lo que las propiedades de este medicamento deben ser consideradas muy cuidadosamente ya que una sobredosis no puede ser combatida fácilmente, aunque la sobredosis es infrecuente en pacientes adictos o con tolerancia a opioides. 
Posee una actividad analgésica muy superior a la de la morfina y su efecto es más prolongado. La depresión respiratoria es equivalente a la de la morfina.
La buprenorfina se admnistra por vía intramuscular, intravenoso, sublingual y transdérmica con el uso de parches. Se metaboliza por vía hepática. Cuando se usan dosis elevadas la buprenorfina se mantiene efectiva en el organismo entre 24 y 48 horas, llegando a darse casos de hasta 72 horas.

6. PENTAZOCINA
La pentazocina es un narcótico analgésico muy potente. Es vendida bajo muchos nombres, como Talwin y Talacen. Tras la administración intramuscular o subcutánea de una dosis de 30 mg la analgesia ocurre generalmente a los 15 o 20 minutos, mientras que se observa a los 2 o 3 minutos cuando la vía es intravenosa. La analgesia dura generalmente de 3 a 4 horas.
Esta droga tiene aproximadamente 1/50 de la actividad narcótico antagonista de la nalorfina y posee también actividad sedante, utilizándose como analgésico. Existe riesgo de dependencia, aunque menor que el relacionado con el uso de fármacos del tipo de la morfina en circunstancias similares. La Pentazocina puede predisponer con facilidad a tener alucinaciones y otros efectos psicotomiméticos.

7. BUTORFANOL
El tartrato de butorfanol es un opiode con una potencia 3.5 a 7 veces el de la morfina, o 30 a 40 veces el de la meperidina. Sus efectos se pueden revertir con naloxona. La analgesia que ejerce no es suficiente para usarse en cirugía. Produce un incremento suave de la presión arterial, y puede precipitar síndrome de abstinencia en pacientes dependientes de los opioides. Cruza la barrera placentaria por lo que puede producir problemas en el embarazo.

8. FENTANILO
El fentanilo es un calmante poderoso que actúa a nivel del sistema nervioso central. Es utilizado para tratar los dolores intensos repentinos, que es síntoma de enfermedades terminales como el cáncer. El fentanilo es aproximadamente 100 veces más potente que la morfina; 100 microgramos de fentanilo equivale aproximadamente a 100 mg de morfina y a 75 mg de meperidina. Es utilizado en analgesia y anestesia durante operaciones quirúrgicas, por vía intravenosa tiene un comienzo de acción menor de 30 segundos y un efecto máximo de 5 a 15 minutos, con una duración de acción de 30 a 60 minutos. Por vía epi o intradural el comienzo de acción es de 4 a 10 minutos, el efecto máximo de unos 30 minutos y la duración de 1 a 2 horas. Se elimina fundamentalmente por metabolismo hepático.El fentanilo fue sintetizado por primera vez en 1960 por el farmaceútico belga Paul Janssen. Suele administrarse en forma conjunta con la benzodiazepina, que también actúa sobre el SNC. El desarrollo de los nuevos parches transdérmicos a principios de los 1990s, hizo del fentanilo el opiáceo sintético más utilizado en las prácticas clinicas.


Presentación comercial del fentanilo en ampolla. Imagen: taringa.net
Presenta los efectos secundarios propios de todos los opiáceos: depresión respiratoria, rigidez torácica, bradicardia, hipotensión, náuseas, entre otros; y se revierte con naloxona. La duración de la reversión puede ser inferior al efecto del fentanilo, por lo que, a veces, se necesitan dosis complementarias. La presentación farmacéutica más habitual es en ampollas.

9. TRAMADOL
El Tramadol es un opioide de acción central. Está indicado en el tratamiento del dolor moderado a severo. El Tramadol clorhidrato también tiene propiedades antitusivas. Uno de los nombres comerciales del Tramadol es el Tramal. 


Ejemplo de presentación comercial del Tramadol. Imagen: paraquesirve.com
Tras la administración intramuscular en seres humanos la absorción del Tramadol es rápida y total, y puede producir dependencia psíquica y física. En los tratamientos prolongados puede disminuir el efecto de modo que sea necesario la administración de dosis mayores (tolerancia).

10. BROWN
Se conoce como Brown a la droga sintética creada en Europa Central, concebida en laboratorios domésticos checos a partir de vulgares medicamentos de farmacia derivados de la codeína. Este narcótico sustituye con amplia ventaja a la heroína con una notable diferencia de precio.
Los checos le dieron el nombre de Pan de Alajú, y se requieren ciertos conocimientos de química, en todo caso muy solicitados y bien pagados. Las organizaciones de narcotraficantes se llevan a estos químicos a Alemania e Italia.


NOVEDADES SINTÉTICAS

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